jueves, 6 de septiembre de 2012

OPINION

La Iglesia está rotunda e inflexivamente en contra, la sociedad tiene opiniones encontradas dados la doble moral que se maneja y la mediatización de los medios. Creo que lo interesante está en la parte individual. En primer lugar, cada persona tiene, por derecho constitucional, la libertad de cuántos hijos tener y cuándo hacerlo, por lo que me parece reprobable hacer de la maternidad una carga o culpa que pagar por un error (que a veces es desinformación). En segundo lugar, las personas hablan de asesinato de un niño, cuando biológica, filosófica y éticamente aún no es una persona, por lo cual no se considera asesinato (es por ello que se dice que debe ser antes de cumplir las 12 semanas de embarazo). Quizá algunos creen que hay mujeres promiscuas que tomarán al aborto como receta de cada vez que les pase, pero no habría embarazos no deseados si desde la familia se hablara de sexualidad, si la políticas públicas hicieran accesibles los métodos de control natal a todos, sin importar si son derechohabientes o no, y sin prohibir que se imparta educación sexual en las escuelas.


Ahora, ¿cómo tener un hijo al que no se desea, al que no se puede mantener, si se le va a odiar, no se le dará atención, no se le dará lo que necesita material y emocionalmente? ¿Dejarle la carga a la familia y/o al Estado? Creo que resulta mejor a corto, mediano y largo plazo, traer hijos deseados al mundo, y no pequeños que crecerán con carencias, con indiferencia, y que terminarán por ser un problema social (o por qué tanta delincuencia, habiendo tantas personas y tan pocos recursos?). De ninguna manera quisiera ser excluyente, por eso no hablo de pobreza material, es pobreza de cualquier tipo: los niños merecen ser felices desde que nacen, por ello, creo que el aborto permite a las personas tomar la decisión más adecuada para su contexto.


Y bueno, psicológicamente, una persona puede resultar afectada cuando su entorno le maneja el aborto como un delito, cargándola de culpa y haciéndola sentir sucia (pecadora-promiscua); el primer paso es que sea una decisión libre, que la persona sepa y sienta por qué es bueno o malo hacerlo, y que de ahí haga lo que sigue. Si haca falta ayuda psicológica, las instituciones respectivas deben brindarla como parte de la reforma a la ley, pero no sería así si las personas dejan de satanizar a quienes deciden hacerlo, dado que el instinto materno es algo cultural, no instintual, y dado que las mujeres no sólo somos mujeres para tener hijos...un paso a la vez para ser una sociedad más tolerante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario